Recuerdos
A veces partes de nuestras vivencias se quedan muy grabadas y pasan a ser parte de nuestros recuerdos, de nuestras memorias.
A la vuelta de mi casa, hay un parque que no es muy bonito, de hecho en ocasiones ha sido descuidado por el ayuntamiento y por nosotros mismos, los de la colonia. Pero tengo muchos recuerdos de el.
Cuando Anuar era bebe, como de unos 6 meses, yo solia tener mucho tiempo libre, ya que no estudiaba, ni trabajaba, y disfrutaba mucho del tiempo que tenia con Anuarcito, no me enfadaba estar toooodo el dia con el.
Entonces me gustaba llevarlo todas las tardes a ese parque, nos subiamos a los columpios, lo cargaba y me balanceaba ligeramente, mientras solo se escuchaban los pajaros cantar, las hojas de los arboles que se caian con el viento, y una que otra voz, ya que ibamos despues de comer y aun no habia mucha gente, y ahi estaba yo, cargandolo, abrazandolo, sintiendo la calidez de su presencia, y la tranquilidad que sentia por estar asi nomas.
Despues empezo a caminar y ya era estar detras de el por todos los juegos, era inquieto y no paraba y se queria subir a todos hasta al que parece gusano. Y uno de esos dias de ociosidad que estaba en las vacaciones de mi carrera, ya estudiaba arquitectura, pero en el verano tenia como 2 mesesotes de vacaciones (que tiempos!) y se me ocurrio vender churritos ahi en el parque. Asi que ahi iba yo con mi canasta de churritos, limones, sal, una botella de valentina y servilletas, ah y mucho morralla.
Despues de unos dias vendiendo junte el dinero y me fui al tianquis a comprarme mis aretes, collares, etc, siendo mi primer compra ya casada con mi propio dinero, jaja. Y un dia, por hay de junio, estabamos Anuar y yo en la vendimia y el en los juegos y que empieza a llover super fuerte y yo algo novata claro en eso de ser mama, me fui al kiosko que esta en el centro del parque para refugiarnos de la intensa lluvia, en lugar de irme a mi casa, jeje, que esta media cuadra de ahi.
Llovio y llovio como por una hora, mientras yo agarraba a Anuar con mis brazos ya algo cansados, porque estaba mas pesadito y hasta se quedo dormido como si esa lluvia lo arrullara, mientras yo algo preocupada porque la lluvia alcanzaba a mojarnos con la brisa.
En eso llegaron unos niños corriendo tambien a refugiarse, traian unas bolsas negras abiertas encima de sus espaldas y me ofrecieron darmelas a cambio de que les regalara algunas camisas viejas para que se las pusieran ya que las suyas estaban mojadas.
Partimos a la casa con todo y la canasta de churritos muy a prisa y llegando les regale esas camisas viejitas y rotas que hector habia dejado de ponerse.
Asi fueron pasando los años, ya no ibamos tan seguido, solo los domingos porque desde hace unos años decidieron dar misa en el parque, siendo el altar el kiosko debido a que no contamos con templo cercano y mucho menos con un terreno para construir uno, asi que cada domingo (no todos porque a veces me da flojera) vamos a misa de diez de la mañana al parque, es como una tradicion mia y de Anuar, porque es un momento en que meditamos un poco mientras parece mas coherente el hecho de ir a hablar con Dios en medio de los arboles, de los pajaros, del cielo abierto que deja entrever esas nubes blancas.
Por todo esto el parque de mi casa tiene un gran significado para mi, aunque me gustaria que estuviera mas bonito, es un lugar que me llena de recuerdos como estos desde que Anuar nacio y en el que he estado meditando sobre lo que es la vida. Mi vida.