Cuando tenía como 10 años, me juntaba con mis amigas de la manzana, nos salíamos con nuestros patines de línea y terminábamos en la cochera de una de ellas, medias ridículas (aunque para nosotras lo contrario) dando vueltas acompañadas de las canciones de la onda vaselina, jaja, a todo volumen y había veces que llegaban los niños de ahí y se nos quedaban viendo con cara de gusto y a la vez de burla. A nosotros nos valía y seguíamos ahí de voladas patinando.

También había otros días que sacábamos todo el repertorio de lo que teníamos cada quien de barbies y eso y jugabamos toda la tarde, eramos cuatro niñas, luego llego otra que venía del df. y que sangronamente al principio discriminábamos porque no era 100% de nuestro cotorreo pero cuando me cambie de casa ella ocupo mi lugar y quedaron cuatro de nuevo.

Después ya en la secundaria volví a cambiarme a donde mismo, pero a otra cuadra y me empecé a juntar otra vez con ellas y con Eyra, mi amiga de la foto, mucho más, hasta que empezamos a ser mejores amigas.

Ah pasado más de 17 años despúes de cuando nos conocimos y hace días la vi de nuevo y volvimos a cotorrear, no como en los viejos tiempos pero sí con el mismo sabor de lo que ha sido nuestra amistad, ella me dijo que en estos años había conservado amistades que la han hecho reír, la entiendo porque que un amigo te haga reír o viceversa (no como bufón pues) o que rían juntos es símbolo de que es alguien con quien te la pasas muy bien y con la que muchas vivencias se quedan grabadas.

Así que estoy contenta de tener amistades que sobrevivan a los años, a los cambios y a la distancia, asi como Eyra, que por cierto también fue su cumpleaños así que coincide con mis posts que hablan acerca de las personas impotantes en mi vida en fechas importantes.

A Eyrita la quiero y que chido verla de nuevo.