Con tu chamarra de cuero
Me gustaste desde la primera vez que te vi, estabas ahí parado recargado en la pared de la tiendita de con Pepe, con tu chamarra de cuero color café y tus tenis vans que se veían entre las sombras, te vi y me viste con una mirada profunda que me engancho por completo.
Me gustaste y sentí en ese momento que tarde o temprano estaríamos juntos.
Los días siguientes a ese encuentro no eran muy trascendentales y yo solo salía con la esperanza de volver a verte con la bola de los amigos de la cuadra, y sí te vi. Mi corazón palpitaba rápidamente mientras humedecía mis labios para saludarte con un beso muy cerca de tu boca con el que tu me respondías de la misma forma, para después preguntarme el porque pasaba eso, e inmediatamente comprendía que la atracción que sentía hacia ti era tan fuerte que no podía esconderla.
Después de varios encuentros, mi emoción era cada vez más grande hasta llegar al día en que tenia que demostrarte lo que sentía y ahí estabas, llegaste en tu hikari rojo y de nuevo con tu chamarra de cuero que tanto me gustaba que hacia juego con tu cabello largo, nos subimos todos al carro y fuimos directo al bosque de la primavera, yo estaba de lo mas feliz y sabia que iba a regresar a casa aun mas contenta, era algo que presentía.
Allá, la lluvia había humedecido todo el bosque que hacia que el olor a pino fresco fuera aun más fuerte que me gustaba tanto como el olor a cuero de tu chamarra vieja. Sacaste tu guitarra y empezaste a tocar mientras el Meño entonaba a Radio Head, creando una atmosfera ideal en el lugar.
Todo iba bien, cada vez mejor, me recosté en tus piernas y pude sentir como te extrañaste gustosamente de que lo hiciera, mientras mi cabello recién lavado expedía un olor a fresa que parecía querer llegar a ti para envolvernos por un momento juntos en ese mismo aroma.
Sabia que esa noche tu y yo estaríamos juntos por mucho mucho tiempo.
Llegando a la casa te estacionaste algo nervioso y rápidamente se despidieron los demás como sabiendo lo que yo tramaba: el quedarme “contigo” dentro de tu hikari rojo. Solo te dije: “ya me voy” y cuando voltee hacia a ti te bese como si fuera el ultimo beso que probaríamos. Nuestros labios se conjuntaron al mismo ritmo como si se conocieran de toda la vida, mientras tus dedos acariciaban mi cabello y mientras los míos acariciaban tus hombros sintiendo el suave cuero de tu chamarra vieja que en ese momento no te servia de nada al contrario te estorbaba porque el calor que había ahí adentro nos unía suavemente y yo con los ojos cerrados pude sentir todo el remolino de emociones tan dulces que supe que nunca iba a olvidar ese beso, ese momento que uniría nuestras vidas tal vez para siempre.
5 comments:
Chale, si que soy cursi, jaja.
el cursimetro revento.
tremendamente emotivo, tacitamente descriptivo, me gusto, se te da bien escribir en retrospectiva... claro descompusiste el cursimetro como por decima vez, pero con estilo
Woooww, que buen fragmento eroticursi hee!!!!
Saludos y que viva el cha cha cha pilatesco.
por dioooooos eso estubo tan cursi que casi me gustó
cursi y retebonito... me gusta cuando escribes asi..
si van el viernes??? ya se que habra puro culturoso y eso, pero asi, estamos un ratito y luego nos vamos a otro lado si??...
:)
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